Review: Feather (PC, Xbox One, PS4, Nintendo Switch)
Los juegos de simulación existen por montones allá afuera, pero pocos han sido certeros al momento de emular ciertas situaciones de la vida real. Desde Goat Simulator que fue concebido como una broma, hasta los grandes del género como ser Farm Simulator o Flight Simulator, pero Feather llega para no solo demostar que un juego indie de simulación puede ofrecer mucho, sino para cambiar el género usar aves, comenzamos.
Desarrollado por Samurai Punk, un estudio australiano de desarrollo y edición de videojuegos independiente fundado el 11 de marzo de 2014 por Nicholas McDonnell y Winston Tang, poco antes de lanzar su primer juego Hazumino. La compañía también ha creado los juegos Screencheat, Feather, The American Dream VR, Table of Tales: The Crooked Crown, Roombo First Blood, Justice Sucks: Recharged y Florence, varios juegos indie que se han la aceptacion de la comunidad por su enfoque en sus respectivos generos.
Feather en si no tiene un modo historia, simplemente lo que tiene es que agarramos ave y tenemos la libertad absoluta de explorar un mapa grande e ir haciendo ciertas misiones. Feather es un juego tranquilo que se centra en la libertad de exploración que sólo se puede conseguir volando. Aquí el jugador controla un pájaro y es libre como tal, se le permite explorar una hermosa isla que es muy vistosa a su propio ritmo.
En Feather no tenemos enemigos que encontrar, ni rompecabezas que resolver, ni amenazas que distraer. Simplemente el jugador explora el bello entorno de relajante mientras se escucha una banda sonora llena de temas ambientales y relajantes. Y eso lo convierte en una propuesta de aire fresco en una industria tan centrada en la acción pesada y en los interminables bucles de combate con otros juegos.
Los controles son fluidos, y fáciles para familiarizarse con ellos desde el inicio, usar a las diferentes aves nos da momentos diferentes para que no sintamos monótono el juego, se nos va guiando adonde vayamos y que apretemos cada botón o tecla con precisión, esto será útil para explorar el mapa que tenemos por delante. Donde lo grafico es más que colorido, llegando a gráficos cellshading. Hablando visualmente, el juego es llamativo y cautiva al jugador, donde nos perderemos en el mismo.
Feather cuenta con una encantadora banda sonora basada en un piano, que es serena y relajante, y uno de los elementos más eficaces para vender el famoso tema zen. El jugador tiene la capacidad de cambiar la música mientras navega por la isla volando a través del aro de un monumento. Hay bastantes de estos dispersos por la isla y no pasará mucho tiempo hasta que el jugador se encuentre dando vueltas constantemente de vuelta a uno de ellos para cambiar la música a una pista favorita en particular.
Desafortunadamente, una vez que se haya dominado el vuelo alrededor de la isla, ya sea que estemos usando los controles de movimiento estándar de los giroscopios y hayamos pasado algún tiempo explorando el entorno natural, Feather cae porque no contiene objetivos específicos que nos lleven a grandes tesoros o achievements, y esto es para cualquiera que prefiere tener objetivos en sus juegos.
Simplemente no hay suficiente que hacer para mantener el juego por más de unas pocas horas, no hay rejugabilidad al 100 para volver a tomar esta aventura y querer volver hacer todo. Se siente increíble descubrir nuevas partes de la isla, claro que si, pero una vez vista al completo, no hay mucho más que hacer, ahí es cuando nos topamos con esa gran pared de juego.
Feather podría haber mejorado fácilmente la longevidad incorporando una simple lista de desafíos al juego para extender su jugabilidad. Está claro por qué los desarrolladores no han hecho esto, porque el objetivo era tener un juego experimental sin presión, pero eso no funciona si la gente no piensa volver a tocar el juego en primer lugar, y simplemente no hay suficiente que ofrecer para que los jugadores quieran volver a tomar esta aventura.
Feather nos toma por sorpresa con un modo multijugador ligero que es muy tranquilo. Si el jugador está conectado en línea, se podrá ver a los pájaros de otros jugadores volando por ahí y seguirlos y explorar juntos. Durante el tiempo que estuvimos en el juego, estuvimos conectados por mucho tiempo y encontramos a varios jugadores sobrevolando la isla, fue hermoso. Pero ojo, solo hasta cierta hora pudimos encontrar a varios jugadores, esto podría deberse a la pequeña base de jugadores o a mi zona horaria desfavorable, pero fue ligeramente decepcionante que una parte esencial del juego, la capacidad de disfrutar de una experiencia compartida del mundo y la alegría de volar, esté tan poco poblada.
Cuando nos encontramos con otro jugador, podemos interactuar con él con un chillido o sonido de algún otro pajaro, lo que puede ayudarnos a encontrar a nuestro nuevo compañero si lo esperamos o perdemos entre sí. Aquí vemos que encontramos gran influencia de Journey, que igualmente limitó las interacciones, pero al hacerlo, hizo la experiencia compartida mucho más alegre.
Dicho lo anterior, Feather es una experiencia hermosa y gratificante, que por desgracia es demasiada limitada para lo mucho que puede ofrecer. El entorno es hermoso, la banda sonora memorable y el mecanismo de vuelo se controla lo suficientemente bien como para que el juego en sí fuera maravilloso para jugar durante la primera hora más o menos. Este juego no es para jugadores que disfrutan de los juegos con objetivos claros, ya que Feather es hermoso, pero puede ser frustrante, incluso si lo comparamos con otras grandes experiencias de exploración de bajo estrés y generalmente abiertas, ya que Feather carece de dirección definida. Pero entonces Feather es tan serio en su compromiso de ser una experiencia sin presión, como el zen, que es el equivalente en los videojuegos a la música de relajación y siempre hay algunas personas que lo apreciarán. Lo calificamos con 7.5 de 10. Volar es fácil, pero relajarse con Feather es aún mejor.
Nota: 7.5 de 10.